En Járiga la imaginación es cierta. Tan cierta como las piedras parlantes y el muerto errante en la mañana.
7 de septiembre de 2011
Noche y día
Fue por el Oeste donde el beso carmesí del Sol ruborizó el horizonte, el coqueto firmamento mudó su traje de agua por la elegancia de los astros, la noche llegó tibia y el viento no transportaba humedad en sus tinajas invisibles. Ventura sacó de su zurrón la navaja y el ovillo de guita y lo llenó con hierbas tiernas que arrancó a mano de los bordes del camino, se tumbó en una plana extensión encabellada de vetiver y usó la alforja como almohadón de sueños. En contacto con la tierra que horas atrás le hubo mostrado sus temores se quedó mirando a los ojos cerrados del día. Apretó entre sus manos arena suelta y así le preguntó a las estrellas:
⎯¿...?
Ellas le respondieron de igual manera. Ventura se durmió entre los pachulis verdes, sobre sus largas raíces escondidas, bajo el negro océano de puntos suspensivos, al abrigo tibio de la noche y su silente beso.
Fue por el Este por donde abrió los ojos Ventura, el horizonte se había dado la vuelta mientras dormía. Se desperezó como una civeta, vació su zurrón y anduvo de nuevo por el Camino Real. Tras dos hora y media de camino, aunque el tiempo ya no podía ser medido, la senda que transitaba se volvió roja de ocasos y rubores. Y ante sus ojos, estática de lejanía, se dejó ver la ciudad.
El tedio es un bochorno en el espíritu que va dejando lacio el ánimo, pensó. Recordó la taberna de La Curia en una nebulosa blanquecina y el camino andado como si no lo hubiera recorrido él mismo. No sabe cómo, pero el árbol quieto y deshojado se había vestido en su memoria con las plumas del ave que cruzó el celeste, agitaba sus ramas emplumadas y en su vaivén hacía temblar a la tierra; y en su memoria también, los silencios eran vainas abombadas por semillas de paz y quietud. Ventura miró a lo lejos sin ver, hallando en las curvas oleicas del viento el bravo rumor de una gran ciudad que despertó quizá mucho antes que él.
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Publicado por
Rove Rivera
el
7.9.11
Etiquetas:
Ventura
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"El tedio es un bochorno en el espíritu que va dejando lacio el ánimo"
ResponderEliminar... si puede observar esto... ya está la mitad del camino en la consciencia.
¡Vamos...vamos...!
¡Ánimo, campeón! Ja ja ja!!!!!
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