He sacado del bolsillo la moneda que guardo para las decisiones difíciles. Es de plata y tiene un agujero en el centro por donde puedes mirar el mundo. Hace mucho tiempo que decidí usarla, antes pedía consejo (aún lo sigo haciendo) y sobre lo que me iban diciendo armaba un puzzle. Bueno, estaría bien decir que armaba varios puzzles que a su vez se convertían en nuevos rompecabezas. Pero desde que encontré la moneda argéntea...
La encontré caminando una mañana fría de otoño por la orilla del río Graa, centelleó entre los brillos del mismo río. Pensé que quizá podía ser la piel plata de algún barbo común o una mota de polvo galáctico, me incliné más hacia lo segundo. Estoy seguro que la gran mayoría del polvo que brilla en el aire es esperma de asteroides. Además, los barbos están dentro del agua y son dorados, mientras que este brillo se hacía ver en la misma orilla, donde la tierra y el agua empiezan y terminan. No creo que los barbos muertos se argenten, los muertos ya no saben hacer nada.
Me acerqué hasta donde la orilla deja de existir, es una delgada línea invisible e infinita entre el agua y la tierra, y recogí la moneda. Era de plata, de vieja plata.
La guardé apretadita en mi mano y volví a caminar.
Desde entonces es la moneda que guardo para las decisiones difíciles. Es una moneda muy especial: de plata vieja, tiene un agujerito en el centro por donde puedes mirar el mundo y es plana, sin dibujos ni relieves por ninguna de sus dos caras.
Hoy la tiré hacia el cielo, por un momento parecía un barbo común saliendo del agua, aunque plateado. Después se convirtió en campana y badajo a la vez rebotando contra el asfalto. Quedó quieta, mostrándome el camino en el eco metálico de su tonada, y aunque yo ya lo sabía me lo volvió a decir:
“Has tomado la decisión correcta, te has vuelto a equivocar”.
Ilustrado por Maria Pan |
Cuando nos equivocamos, aprendemos algo más y hacer siempre lo correcto..., ¿correcto para otros quizá? Nos imponenen demasiadas cosas. Me ha encantado lo de poder mirar por el agujerido de la moneda y el relato en general ¡genio!
ResponderEliminarBesicos muchos.
jejeje... correcta correctísima... equivocaciones a puñaos...que me las quitan de las manos...
ResponderEliminarSabios los dos: tú y el "andador"...sabios sabios sabios...
Buendomingo sin sol, buenaventura domonical... Besos chillaos!!!!